
En la revelación cristiana, en nuestro corazón, en las profundidades de nuestro espíritu, vive el Espíritu de Dios. La verdad que descubrimos desde nuestra propia experiencia, si solamente tejemos el peregrinaje, es que solo hay un centro y que ese centro está en todos lados.
Lo que creo que cada uno de nosotros debe de descubrir desde nuestra propia experiencia es que esta es la primera responsabilidad de nuestras vidas. Es la primera responsabilidad de cada vida que desea ser plenamente humana: regresar a nuestro centro, y vivir desde las profundidades de nuestra capacidad más profunda. Descubrimos que estar re-conectados con nuestro propio centro, nos re-conecta con cada centro. El verdadero hombre o mujer espiritual aprende a vivir en armonía consigo mismo y vivir en armonía con toda la creación.
Lo que podemos decir es: El estar en nuestro propio centro es estar con Dios. En las palabras de Jesús: ´El Reino de los Cielos está en ti´ (Lucas 17:21). Debemos recordar que este reino no es un lugar, es una experiencia. La experiencia es la experiencia de la realidad del poder de Dios. En la visión cristiana, es saber que sabe que ese poder es el poder del Amor.
San Juan de la Cruz lo dice de esta manera: “Dios es el centro de mi alma”. En ese centro experimentamos el silencio, la quietud y la paz que va más allá de nuestro entendimiento. El camino a esto es el camino del mantra.
John Main
Del libro: The hunger for depth and meaning
Edited by Peter Ng
Medio Media, 2007 – www.mediomedia.org
Traducido por Lucía Gayón
Para la difusión gratuita de la Meditación Cristiana
PREGUNTA DE LA SEMANA
En tu experiencia de meditar, cómo le explicarías a un amigo lo que significa “Dios es el centro de mi alma”.
Publicaré tu escrito en este sitio web donde podrás también ver las reflexiones de otros, lo que nos ayuda tanto en el compartir como en el aprender del otro. Manda tu reflexión a permanecerensuamor@gmail.com e indica el nombre de la ciudad y del país donde te encuentras.