
´Nuestra vida no alcanza su total unidad hasta que se trasciende a sí misma de todas sus limitaciones pasando a través de la muerte´. Father John Main, OSB
La meditación cristiana es una disciplina que nos permite ir practicando y trascendiendo esas limitaciones ya que cada vez que meditamos, morimos a nosotros mismos.
Es difícil pensar en morir a nosotros mismos o a la vida misma: A su milagro, a sus bellezas, a la bondad que nos rodea, a los regalos inesperados, a la vida plena, al Amor humano. Lo que hacemos al meditar es que renunciamos a nuestras fantasías, deseos, imágenes, pensamientos, emociones, sensaciones, corazonadas, intuiciones por esos 30 minutos repitiendo nuestra palabra sagrada con toda nuestra fe.
Esos dos periodos diarios son una preparación para trascender y entender la muerte, no como el fin de algo, sino la continuación de nuestro camino a la luz del Señor, que podremos percibir de una forma expansiva y clara – en este momento, inimaginable – pero con la certitud de esa vida en abundancia que El nos ha prometido.
Es un gusto recibirlos en el grupo, Jorgito y Noemí – Dios nos bendice con su llegada!
Lucía Gayón