
Teniendo presente lo que conocemos de la vida de Jesús a través de la Biblia considero que reducir la persona a un ser material sin más objetivos que los terrenales es destruir la propia persona y el mundo en el que vivimos.
Igual que Jesús tenía un encuentro permanente con el Padre, cualquier persona tiene que estar abierta a la trascendencia, a Dios, a la Verdad, a la Belleza, al Amor, porque si nos olvidamos de esto ¿qué valor le damos a la persona?
Hay que estar abiertos a Dios para podernos encontrar con la conciencia humana de Jesús, tal como aparece en el texto. Para ello es completamente necesario hacer meditación cada día.
Pilar