Orar es meditar y meditar es orar
Hay algunos puntos que me llaman la atención y que por mi propia experiencia creo que es así; como por ejemplo:
1. Orar es meditar y meditar es orar y orar es comunión con el SER que es nuestra esencia. Que toda nuestra vida yo diría no como cristianos sino como seres humanos está en el mensaje de Jesús y su vida, ya que el mensaje que trajo es universal. El mensaje de Jesús es simple pero difícil; hay una responsabilidad que no podemos eludir: Unidad, unión, comunión es el triángulo del crecimiento de un cristiano. Todos somos UNO con diferentes carismas, San Pablo lo explica muy bien “cuerpo místico de Cristo”.
2. Debemos tener la idea clara de lo que se trata, si no, caemos en el peligro de no comprender el punto principal del cristianismo. El llamado de Jesús es de unión con Él. El ser humano es una criatura muy compleja y además la mayoría no conoce la vida de Jesús completa, más que, los pasajes sacados y que se leen en las misas, sin conocer la circunstancia y momento cuando lo dijo.
3. El riesgo está en que vivamos esa unión únicamente con Dios y nos olvidemos de la comunión con nuestros hermanos, el cuidado de “Nuestra Casa Común” y todo lo que en ella existe. Por ejemplo estamos en contra del Aborto –y esto está bien- pero no nos preocupamos de los que ya han nacido y se mueren de hambre…
4. Jesús es el rostro humano de Dios y el rostro divino del hombre.
Rebeca Mendoza
Toronto, Canada
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