
Dios habla con una suavidad profunda. Su Palabra verbo de amor nos talla de a poco, nos moldea. Nuestro espíritu se vacía en la plenitud del silencio.
De la Palabra de Dios nace en nosotros el manantial de su gracia, que nos abriga,
nos consuela,
nos embriaga de su ternura,
nos invita a permanecer en el Él.
Acurrucados en los brazos de un Padre, que siempre nos está esperando….
Liliana Mellano
Si estás leyendo este artículo puede ser que este sea el medio en que Dios te llama para que vivas la experiencia de conocerlo desde tu corazón. Meditar es muy sencilla – pulsa aquí.