
Mirar a Oriente es el impulso originario de todo ser viviente, cerciorarse cada día de que amanece y llevar en los genes la espera maravillada de los primeros rayos del sol. Desde Europa (lástima el europeocentrismo del mal llamado occidente) solo se puede mirar a oriente buscando nuestras raíces, sea cual sea el texto sagrado fundante de nuestra fe si estamos en alguna de las tres religiones monoteístas de Libro. Sin embargo, una mirada benévola a nuestros antepasados (previos a la romanización, a las invasiones diversas, en los diversos países y continentes), a los cultos ancestrales, druídicos, animistas… nos permitirían tal vez descubrir tesoros que apuntan que Oriente está en nuestros suelos. Mirar hacia dentro es un poco también mirar a Oriente, el Sol naciente que nos da la vida nos acompaña.
Anika Vagalume
Precioso tu escrito, Anika! El Sol Naciente está en nuestro corazón, pero teníamos que tornarnos al Oriente para darnos cuenta. Muchas gracias!!!! Lucía