La oración es dejarse hacer.
Es como en el desierto la duna que va cambiando continuamente, va adoptando formas y líneas diferentes como si estuviera en una forma pasiva. Es la búsqueda espiritual.
Hay que dejarse encontrar, aceptar lo que recibes, saberse dar y sobre todo saber que no soy la protagonista, que el protagonista absoluto es el Espíritu de Dios. En pocas palabras es «abandonarse en Dios».
Pilar
España
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