
“Mientras iban caminando, Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús:
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude».
Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada.”
Lucas 10, 38-40
El Evangelio que habla de Marta y María, me llega profundamente. Siento que tengo tanto de María… aunque la vida en lo cotidiano me pide que tenga mucho más de Marta. Lucho internamente entre ambas…y sinceramente con frecuencia, dejo de hacer las tareas del hogar para sentarme a meditar y quedarme con la mejor parte.
Me conmueve la imagen de María a los pies de Jesús, contemplando su rostro y guardando en el alma sus palabras…me pongo también a “sus pies” en cada momento de oración contemplativa y agradezco a Dios la abundancia que recibo.
Patricia Di Marzio
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A lo largo de la vida uno encuentra situaciones y situaciones pero solo hay una importante Dios que es amor nada mas que amor y solo amor nosotros amamos con gran intensidad pero ademas tenemos algo mas que nos distrae que nos aparta nos envuelve y nos alejamos es el mundo son los sentidos que nos permiten contemplar y a veces equivocarnos esa lucha entre lo cotidiano y lo importante se da en toda la vida y solo debemos buscar en todo momento y entregárselo a El nuestro quehacer diario como ofrenda de amor al que escucha purifica renueva restablece nuestro ser basta con llamarlo con la humildad del que necesita de su aliento para poder vivir como el aire que respiro no existe nada mas trascendente en la vida que encontrarlo.
Gracias