
La cita que refiere a abandonarse a uno mismo para seguir a Cristo, ha dado lugar a falsas interpretaciones, por ello, muchas veces se ha pensado que ser católico, cristiano o religioso es olvidarse de uno mismo, en beneficio de los demás. En esa falsa interpretación se cree que seguir a Cristo es dejarse de lado, es olvidarse de uno y pensar primero en el otro, como gesto de caridad, en eso radica ser un buen cristiano. Sin embargo, si hacemos una acertada interpretación del texto o el posicionamiento espiritual, entendemos que negarse a uno mismo, es salir del ego, saber que el hombre es un ser creado que al ampararse en Dios se encuentra a sí mismo, encuentra su esencia, encuentra su relación consigo mismo desde un lugar más sano y reparador que si lo hace desde la omnipotencia humana. Se sabe que cuando la persona no atiende a sus miedos, dudas, incertidumbres, no puede dar lo mejor a los demás, no puede “darse”, porque en realidad no “se tiene” para sí. Nadie puede dar lo que no tiene. Con la primera persona que tengo que ser cristina es conmigo mismo, Cristo es el camino, sin duda, eso es abandonarse en él, dejar sentir que me habita, que me colma, que me protege, saber que llena los vacíos y conduce mi alma, para que auténtica sea solidaria con los otros.
Patricia Di Marzio